Control... me gusta esa palabra, control. Hace unos meses un amigo me paso un libro llamado "Las cinco heridas del alma" cada herida tiene una máscara, puedes tener varias heridas pero existirá una que es la que creará la máscara idónea para ocultar todo aquello que nos agobia, mortifica y nos impide estar en armonía. La autora dice que, en esencia, las máscaras no son del todo malas, pues nacieron de la necesidad de poder sobrellevar ese dolor, ser ese apoyo para tratar de vivir la vida lo más plena posible, pero al final, debes liberarte de ella. Nada es pleno detrás de una barrera. Descubrí, como no queriendo la cosa, que poseo herida de traición y que mi máscara es nada más y nada menos que el control. Adoro el control, por eso mi idea de un regalo ideal es una agenda, apunto todo desde los 13 años. Se dice que la herida la provoca la vía paterna, curioso porque yo adoro a mi padre, nunca me sentí traicionada por el, algo debe existir en mi pasado que empezó hacerme daño...