Ir al contenido principal

Open your eyes

 ¡Feliz 2021! Mis queridos chicos y chicas, este año lo he empezado algo tarde, pero iniciamos con el primer post de este año, 2021, porque aunque seguimos en las mismas (because #pandemia) nosotros mis queridxs, no somos los mismos.

Es obvio que la naturaleza de la humanidad es un constante cambio, y que renegar esta naturaleza, es renegar de la humanidad misma. Las estaciones cambian, el día le da paso a la noche, los minutos se vuelven horas y todo, absolutamente todo en este mundo, cambia.

Por ello, en mi blog de hoy, quiero hablar acerca de escuchar.

 "¿Y que tiene que ver escuchar con cambiar, Mezzy?" Pues escucha y aprende mi querido amigo 😅, te explicaré porque es importante este ejercicio.

Ninguna verdad es absoluta, ninguna, no eres experto en nada, porque estamos en una constante adaptación, los epidemiologos se vieron obligados a estudiar un nuevo virus, las leyes laborales se tuvieron que adaptar incluso a lo que ahora llamamos "nueva normalidad", todo a nuestro alrededor sufrió un cambio drástico. 

Si algo nos ha estado enseñando esta pandemia, es que no tenemos absolutamente nada asegurado. Nos hemos visto expuestos a diversas opiniones y testimonios. Escuchar las varias experiencias ajenas nos permiten algo magnífico: aprender.

Me dirás "ay Mezzy porque siempre eres tan ñoña y buscas aprender de todo" y te diré "pss si maigo, esto se llama lección aprendida 😅" 

Porque quiero hacer esta reflexión, bueno, sucede que me he percatado que lo que menos hace el ser humano es escuchar a otros, pues en su mismo ego, se limita.

"Punto, se acabó " es una frase que utilizaba (y utiliza) mucho una ex jefa que tuve, ¿Cómo se supone que exista una mejora continua y una retroalimentación, si al cuestionar, no escucha para aprender, sino para refutar?

Y es que esto hacemos todos, por lo menos, una vez en nuestra vida, hemos escuchado solo para refutar y argumentar, pero ¿Cuántas veces hemos honestamente escuchado para aprender? ¿Reflexionamos lo que nos dicen? Te sorprenderías lo mucho que tu vida puede cambiar si, por lo menos, una vez escucharás para obtener un conocimiento. 

Vivimos en una eterna lucha por hacer crecer nuestro ego, y lamentablemente, muchas veces utilizamos como medio de nuestra vanidad, el tener un conocimiento amplio de nuestro ramo de profesión, arte o pasión, pues nos ayuda a sentirnos superiores, pero, pocas veces prestamos oídos para poder entender la maravilla que puede habitar en el punto de vista del otro.

Las otras personas han vivido cosas que uno no, o han vivido lo mismo pero su respuesta ante esa vivencia fue distinta y te puede dejar un legado si tan sólo escucharás un poquito y apagarás la voz ensordecedora de tu ego. El conocimiento y el aprendizaje deben estar guiados desde el amor, desde el compromiso de comprender al otro, porque así permito también comprenderme a mi mismo, obtener respuestas a aquellas interrogantes que, por no escuchar con atención, nunca obtuve.

No cierres tus oídos, pues condenas tu vida a vivir con una visión limitada. Escucha, para despertar otro sentido, la amplitud de visión, ver más allá de tu propia voz, aprender de los demás, para que ellos también aprendan de ti... 

escuchar para ver, ver para vivir, vivir para comprender, comprender para amar...

Esta fue mi lección aprendida, ¿Cuál es la tuya? 

Les mando un fuerte abrazo lleno de good vibes... me encantaría escucharlos (bueno leerlos) déjenme sus comentarios acerca de alguna reflexión que gusten compartirnos para que este círculo valla expandiendo sus conocimientos 🖤✨


Comentarios

Entradas populares de este blog

Una mujer triste

  Ok, para este artículo vamos a hacer un ejercicio, ¿Jalas o te pandeas? (Más vale que jales porque la vida es de los valientes o de los imprudentes, como lo quieras ver) Cuando leas este artículo, pon la canción de “What Was I Made For” de Billie Eillish y jálate unos kleenex. En 2016, después de que mi papá cumpliera un año de fallecido, decidí ir a terapia, en el camino de la terapia, descubres que no todos son adecuados para darla y realmente el que hoy se le de una relevancia adecuada y que exista información a la mano del tema, los vuelve a ustedes chicos de 20’s una generación bastante privilegiada, no les tocó dar de tumbos como a mí, (yo actualmente tengo 30).  Tenía 23 años, había ido a terapia porque me costaba relacionarme de manera romántica con alguien, ya que, meses después de la muerte de mi padre, habían abusado de mí (por primera vez) y para añadirle más sal a la herida, Iván me dejó sin saber el porque de muchas cosas. Me acompañó a la sesión el que en ese ...

It’s a womens, womens world

  ¡Aló Mundo! Y resucitó al tercer día, y tomando en cuenta que hoy es domingo de resurrección, hoy te traigo un nuevo blog, un poco polémico, a mucha gente no le va parecer, a otra sí, pero lo bonito de las opiniones, es que todos tenemos una y podemos aprender algo de ellas. Yo en lo personal, si bien no me siento feminista, estoy súper de acuerdo con la igualdad de género y que todos tenemos los mismos derechos, obligaciones, libertades y responsabilidades. Así como les indicamos a los hombres su responsabilidad de cumplir en los deberes de la casa, en lo personal, si me preguntan, también considero que la mujer, en la capacidad de sus oportunidades, debe aportar económicamente a casa, y es que cierto es, que dos ingresos en casa son mejor que uno, y más si se tiene hijos, porque al final del día, los hijos son de dos. Mismo caso con las obligaciones del hogar, el hombre tiene la misma obligación de lavar los trastes, bañar a los niños y sacar la basura. Al final del día, un hog...

No está mal pedir ayuda

 “Inhala, exhala”, son mis dos palabras más comunes, seguidas de la frase, “uno, dos, tres, cuatro, sostengo, uno, dos, tres, cuatro, suelto”, son las palabras que me acompañan cuando me dan ataques de ansiedad, la ansiedad se ha instalado en el entorno común desde la pandemia, pero en mí, el detonante fue cuando no supe que había pasado la noche pasada, tener un blackout y tener las rodillas moradas y los brazos raspados y la espalda adolorida y no saber que diablos había pasado.  Siempre he sido muy activa, al grado de sobre exigirme, una vez leí que una mente ocupada no extraña a nadie y fue el peor veneno que me pude tomar, el trabajo y la sobre actividad puso un parche sobre ciertas heridas, pero hicieron un agujero más profundo y cuando sucedió la segunda vez, llegó a la puerta la ansiedad, y fue brutal, cuanta brutalidad hay en esas luchas, y cuando estás sola, dios, son la muerte, gritas a la nada y lloras y te jalas el cabello y el pecho se siente pesado y la garganta...