¡Oh
la pandemia! Enemiga para muchos, aliada para otros, lo cierto es, que para
todos ha sido maestra, y en lección aprendida amamos aprender.
Ayer
en la noche lamentablemente muchos fanáticos recibimos la noticia de que
lamentablemente Chadwick Boseman falleció, tratando de honrar su memoria, me
dispuse a ver Avengers Endgame, casi en el acto final, el personaje de Iron Man
reflexiona lo siguiente: “Me puse a pensar en la muerte prematura, en la mía. Y
no es que en algún momento la muerte no sea prematura, por otro lado, es el
trabajo de un héroe. Una parte del viaje es el final”.
Con
esto, nuestro amado Tony nos recuerda algo que todos sabemos y que pocos nos
atrevemos a recordar a diario: Nuestras
vidas tienen fecha de caducidad.
Pude
utilizar una palabra más fuerte para hacerte consciente del oscuro hecho, pero
esa no es mi idea, mi propósito con este post es hacerte consciente desde la
luz, porque no toda lección debe ser dura.
Mi
hermana admiraba mucho a Chadwick, independientemente de que fuera su crush,
ella y citó: “Sus actuaciones las hacía tan elegante, tenía tanto porte y versatilidad”.
Me hizo reflexionar, el mundo estaba shockeado totalmente, fue algo tan
inesperado, sobre todo porque creo, no tengo la certeza, que el diagnóstico de
cáncer de Chad nunca fue público, todos coincidieron con por lo menos tres
cosas:
1. Irradiaba luz
2. Su nobleza era desmedida
3. Su entrega, disciplina y talento en cada actuación era
invaluable.
Chadwick
fue diagnosticado con cáncer de colon en 2016, justamente en ese año se estrena
sus más recordadas películas como lo son Dioses
de Egipto, Captain America: Civil War. Posteriormente vendrían más
películas a través de los años, lo que nos hace reflexionar que, durante 4
años, Chad estuvo luchando con su enfermedad, ante el mundo dio lo mejor de sí,
sin medida, sin represión, entregándose día a día.
Es
donde entre mi reflexión, todos somos sumamente conscientes de que nuestras
vidas acabarán, el mañana definitivamente no lo tenemos asegurado, ¿Por qué
guardamos todo para “mañana”?
Si supiéramos
todos que en cuatro años nuestras vidas serían concluidas, ¿Qué haríamos?
Sinceramente, con esto confirmo el hecho de que mi manera de vivir me agrada, y
que, si concluiría el día de mañana, no me arrepiento de nada y agradezco tanto
lo que viví. Sin remordimientos
Lo
que hizo grande a Chad fue durante estos breves años, se dedicó a dar lo mejor
de sí, como actor, como persona, como amigo, como esposo, como ser humano. Es
tan grande su entrega en amor y en luz, que esa clase de modo de vivir, deja
marca, deja huella, deja luz.
Lo
que quiero decir, y espero no estar divagando, es que, vivamos esa clase de
vida, no para dejar huella, sino para entregarnos a nuestros sueños, a nuestras
metas, a nuestras ideas, a nuestros seres queridos, a nuestra familia, entreguémonos
al amor y la luz sin medida alguna.
La
vida no da segundas oportunidades, lo estamos viviendo en esta pandemia, hemos
perdido amigos, familia, grandes personajes, hemos perdido tanto, pero no
olviden que en toda perdida hay un aprendizaje. Por cada cierre, hay un
comienzo.
Gracias
Chad, por enseñarnos que la mejor manera de vivir, es respetando al miedo, pero
entregándonos sin medida al amor.
Descansa
Rey.
Comentarios
Publicar un comentario