Ir al contenido principal

No te peas pachi

 

Mi padre decía que solo hay dos sentimientos: el miedo y el amor.

Actualmente he hablado mucho de amor, y no me malinterpreten, me encanta el amor, soy lo que soy porque me permito vivir en el amor, pero también porque me permito vivir mis emociones negativas, en un post escribí que el dolor es bueno porque nos permite conocer nuestros límites, y también es bueno establecerlos, pero luego nos meteremos en ese tema tan bonito, pero mientras sigamos en este pedo.

En estos momentos quiero hablar de otro sentimiento negativo, que mis más allegados sabrán que manifiesto muy a menudo (para mi gusto) porque como una vez lo manifesté, pero te lo dejo nuevamente para que te lo grabes, nuestras emociones son sagradas, que no las despierte cualquier persona, ni cualquier situación. Esto no significa que las reprimas, sino que las vivas de manera consciente, con comprensión y con respeto. El sentimiento que hoy vengo a platicar contigo es uno muy poderoso, que después del amor, en este sentimiento también se han hecho grandes actos, no tan positivos, hoy te invito a conocer la ira.

A pesar de que no se crea por mi apariencia física, soy una persona muy enojona, considerablemente, y muchos no creerían que incluso antes era una situación peor, poco a poco he ido manejándome y controlando este sentimiento.

Tengo poco de estar leyendo un libro que contiene enseñanzas de Osho, un reconocido gurú, no quiero decir que mis creencias estén influidas en él o que sean con base en su doctrina, pero asientan o les dan más contexto a mis creencias.

Esto es lo bonito de la ignorancia, tener una creencia, buscar información para saber más y reafirmarla o transformarla y darle el enfoque adecuado. En ambas situaciones es un ganar – ganar, ¿Buen negocio no? Sólo se necesita tener la disposición.

No quiero prolongar más, pero te advierto que esto será largo, pero es muy bonito, te lo prometo.

Osho en este libro nos manifiesta la primera premisa:

“¿Qué es la represión? Es llevar una vida que no estaba hecha para ti, es hacer cosas que jamás quisiste hacer, es ser la persona que no eres, es un modo de destruirte”

Una vez entendiendo este primer punto, empezamos con lo mero bueno: La ira es el síntoma de la represión. Buscamos desesperadamente ser perfectos para ser aceptados, para no tener problemas, para no lastimar a nadie, para triunfar (que esto no es malo, si no es nacido del ego, si es nacido del ego, tienes problemas), para controlar, para no permitirnos ser heridos.

Y es en este último punto, en donde quiero profundizar un poco, aunque merece también su propio post, pero no quiero dejar la idea al aire. Se acuerdan que les dije que mi padre decía que solo hay dos sentimientos, efectivamente, la ira también nace del miedo, y muchas vece del miedo a ser heridos, pero eso luego lo veremos con más calmita.

La ira de manera espontánea, de manera pura, por el simple hecho de sentirla, nos comenta Osho no hace daño.

Osho nos enseña que la sociedad nos ha enseñado a controlar, no ha transformar, en el control reprimimos, en la transformación, expresamos.

Y es ahí donde comienza lo mero bueno: Una cosa es expresar nuestra ira, y otra bien distinta, es explotar, cuando ya no cuentas con la fuerza suficiente para reprimir y desborda todo este veneno que le queremos llamar enojo, cuando simplemente es represión desbordada.

Cuando nos enojamos, explotamos y desbordamos este veneno con los demás, la expresión, en su mero acto de expresar, muchas veces nos exige intimidad, es un ejercicio interno, porque nuestra ira, como Osho lo dice “es un vómito mental” vamos por la vida agrediendo a los demás porque “nos hacen enojar” y hay algo que me encanta manifestar y hoy lo quiero compartir, estar enojado no te da derecho a ser grosero. No podemos ir por la vida agrediendo y honrarlo a través de nuestra ira, ya que la ira es un ejercicio interno muy bonito, si se hace desde la espontaneidad.

Es un ejercicio interno que nos permite ver, que estamos reprimiendo, y nos exige intimidad, porque al vivirlo, no debemos implicar a los demás, no es necesario proyectarlo en alguien más, es necesario sacarlo de nuestro sistema, viviéndolo, expresándolo y transformándolo.

Al transformarlo, podemos aprender de ello, si una persona nos hace ver una equivocación, debes tener el criterio necesario para poder ver que igual y tiene razón, y no por ello te está buscando ofender, incluso puede que su señalamiento venga desde el amor y tu estas negando a aprender de ello, y con esto, a ampliar tu visión. Quien te ofende, te controla, quien te controla, te reprime, y si vives reprimido, vives enojado, y no vives pleno.

Es bueno sentir ira, pero la ira es una experiencia intima. En la ira incluso se han hecho canciones muy hermosas, poemas reveladores y pinturas excelsas, eso es expresión, las groserías, las guerras, los pleitos, son represión sin contención.

Aprende a vivir la ira de manera adecuada.

 

Esta es mi lección aprendida, espero que te haya gustado. ¿Cuál es la tuya?

No olvides seguirme en mis redes sociales:

Instagram: https://www.instagram.com/leccion.aprendida/

Twitter: leccion_bymezzy

Te mando un fuerte abrazo y recuerda, ¡No te peas pachi!

Comentarios

Entradas populares de este blog

Una mujer triste

  Ok, para este artículo vamos a hacer un ejercicio, ¿Jalas o te pandeas? (Más vale que jales porque la vida es de los valientes o de los imprudentes, como lo quieras ver) Cuando leas este artículo, pon la canción de “What Was I Made For” de Billie Eillish y jálate unos kleenex. En 2016, después de que mi papá cumpliera un año de fallecido, decidí ir a terapia, en el camino de la terapia, descubres que no todos son adecuados para darla y realmente el que hoy se le de una relevancia adecuada y que exista información a la mano del tema, los vuelve a ustedes chicos de 20’s una generación bastante privilegiada, no les tocó dar de tumbos como a mí, (yo actualmente tengo 30).  Tenía 23 años, había ido a terapia porque me costaba relacionarme de manera romántica con alguien, ya que, meses después de la muerte de mi padre, habían abusado de mí (por primera vez) y para añadirle más sal a la herida, Iván me dejó sin saber el porque de muchas cosas. Me acompañó a la sesión el que en ese ...

It’s a womens, womens world

  ¡Aló Mundo! Y resucitó al tercer día, y tomando en cuenta que hoy es domingo de resurrección, hoy te traigo un nuevo blog, un poco polémico, a mucha gente no le va parecer, a otra sí, pero lo bonito de las opiniones, es que todos tenemos una y podemos aprender algo de ellas. Yo en lo personal, si bien no me siento feminista, estoy súper de acuerdo con la igualdad de género y que todos tenemos los mismos derechos, obligaciones, libertades y responsabilidades. Así como les indicamos a los hombres su responsabilidad de cumplir en los deberes de la casa, en lo personal, si me preguntan, también considero que la mujer, en la capacidad de sus oportunidades, debe aportar económicamente a casa, y es que cierto es, que dos ingresos en casa son mejor que uno, y más si se tiene hijos, porque al final del día, los hijos son de dos. Mismo caso con las obligaciones del hogar, el hombre tiene la misma obligación de lavar los trastes, bañar a los niños y sacar la basura. Al final del día, un hog...

No está mal pedir ayuda

 “Inhala, exhala”, son mis dos palabras más comunes, seguidas de la frase, “uno, dos, tres, cuatro, sostengo, uno, dos, tres, cuatro, suelto”, son las palabras que me acompañan cuando me dan ataques de ansiedad, la ansiedad se ha instalado en el entorno común desde la pandemia, pero en mí, el detonante fue cuando no supe que había pasado la noche pasada, tener un blackout y tener las rodillas moradas y los brazos raspados y la espalda adolorida y no saber que diablos había pasado.  Siempre he sido muy activa, al grado de sobre exigirme, una vez leí que una mente ocupada no extraña a nadie y fue el peor veneno que me pude tomar, el trabajo y la sobre actividad puso un parche sobre ciertas heridas, pero hicieron un agujero más profundo y cuando sucedió la segunda vez, llegó a la puerta la ansiedad, y fue brutal, cuanta brutalidad hay en esas luchas, y cuando estás sola, dios, son la muerte, gritas a la nada y lloras y te jalas el cabello y el pecho se siente pesado y la garganta...