Hace un mes que cumplí la grandiosa edad de 27 años, últimamente me ha agarrado lo nostálgica y he recordado muchas cosas, sobre todo memorias que he vivido con mis amigos, sobre todo por el éxito reciente de un amigo mío.
Mi
amigo Kike ha pasado cinco largos años para tocar en uno de nuestros pubs
favoritos, y para algunos tal vez no es un gran logro, pero, para nosotros, su
familia de amigos, es una gran victoria, es aquí donde empieza mi reflexión.
Conocí
a mis actuales amigos hace casi cinco años, cuando mi padre tenía meses de
haber fallecido, apenas éramos estudiantes, cabe destacar que yo no estudié la
misma carrera que ellos, yo sólo fui una intrusa que poco a poco se metió en
sus corazones. Reflexionó todas esas lindas tardes que pasábamos en las bancas
de la escuela, pero mi emoción por ir a la facultad a verlos nació de la
primera vez que fui y escuche precisamente a Kike cantar, el hacía (y hace) que
la gente conecte con él, la gente grita y canta con él, su buena vibra se
transmite muchísimo en su voz, fue lo que me hizo volver a FACICO una y otra
vez, con tal de ver a Kike cantar.
Ahí
mismo conocí a mis grandes amigos, a los que me gusta y tengo el placer de
considerarlos mi familia.
El
tiempo es mágico, es grandioso, transforma, te hace evolucionar de maneras
impensables. Nosotros, los que fuimos, ya no somos. Nos hemos perdido un poco
en nuestro andar, algunos se fueron de la ciudad, otros se fueron y regresaron,
otros cambiaron de ideas, otros nos hemos enfocado al trabajo, y aunque sueno
como disco rayado, lo más importante de estos cambios, es que, a pesar de todo
el amor sigue ahí.
El
tiempo no es tan cruel amigo como se piensa, retomé mi amistad después de años
con Paulette, y las cosas siguen tan intactas como antes, el tiempo me ha dado
un nuevo amigo, Alex, que se ha convertido en un gran confidente mío, el tiempo
ha reforzado mi amistad con Diana, una amistad que al principio parecía poco probable,
pero ella ha sido mi inspiración para guiar un poco mi retorcido camino. El tiempo
ha hecho fuerte a Xolot, al cual admiro porque pese a sus miedos, ha vencido obstáculos
y por ello se ha ganado mucho mi respeto. El tiempo me permitió conocer a
Patty, que es mi colega y amiga. A mi
querida Ceci, que quien, a pesar de estar cerca tantos años, apenas en estos
últimos dos se ha convertido en mi mejor amiga, mi crítica y guía. El tiempo y
la distancia ha cambiado a mis amigos, los ha mejorado, han evolucionado y a
otros, a los disciplinados y constantes como Kike, les ha permitido lograr todo
aquello que han soñado.
El
tiempo me ha quitado muchas cosas, la distancia ni se diga, a mi amada Silvia
se la llevó lejos de mí, pero ella sabe que mi corazón está cerca de ella,
igual a mi adorada Karla.
Sé
que estoy divagando un poco, pero lo que quiero llegar es, lo único constante
es el cambio, amaría volver a esos días más sencillos, donde comer cacahuates y
coca cola en el estacionamiento de un Oxxo era una de mis grandes fiestas y mi
mayor preocupación era llegar el sábado a mi clase de inglés lo menos cruda
posible, pero el tiempo me ha regalado tantas nuevas cosas, que, a pesar de los
grandes viejos tiempos, los nuevos clásicos también tienen su encanto.
Amo está
loca vida mía, de cambios y hazañas, por lo que se fue y por lo que viene.
A
mis queridos amigos, siempre tendrán a este loco hámster echándoles porras,
siempre estaré en primera fila dándoles todo de mí, sin esperar absolutamente
nada a cambio.
No
tengan miedo a lo mucho que las cosas puedan cambiar, sé que la angustia de lo
nuevo es difícil de sobrellevar, pero todo empezó así, siendo nuevo.
Todo
se transforma y eso es bueno.
Esta
fue mi lección aprendida. ¿Cuál es la tuya?
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